SEXOLOGIA FORENSE
Entendiendo que la Sexología Forense como la rama de la
medicina legal que estudia los problemas ligados al sexo, tales como los
vinculados a las parafilias, al aborto, a la reproducción, al matrimonio, a la
fecundación, a la impotencia, entre otros, enfocamos el presente trabajo al
conocimiento de conceptos básicos que ayuden al mejor entendimiento de este
temario, las características principales de la misma, los efectos que conlleva,
su tipología y para finalizar, se procura resaltar cuales son las bases legales
que regulan esta materia en el campo venezolano, englobando todo esto en
búsqueda de la importancia del estudio de dicha sexología forense.
Si bien en cierto en cualquier parte del mundo, incluyendo
nuestra Nación, los delitos de homicidios y abusos sexuales son comúnmente
vistos, es por esto que a la hora que calcular las penas a aquellos que violan
de esta manera los derechos humanos de la víctima, vale la pena averiguar y
comprobar si estamos en presencia de un delito sexual, entrando en sintonía
entonces la temática de la cual versa el presente trabajo.
Sexología médico legal
·
Concepto:
Esta parte de la medicina legal, como su denominación lo indica,
está constituida por un conjunto sistemático de conocimientos relacionados con
el sexo, como atributo esencial y diferenciador de la persona humana, con la
sexualidad en cuanto concierne a las condiciones anatómicas, fisiológicas y
psíquicas características de cada sexo (sean normales o patológicas), a la
reproducción de la especie y a sus problemas sociales u jurídicos y con el
instinto sexual, como elemento que condiciona esencialmente la vida y el
comportamiento sexual; todos estos conocimientos articulados y enfocados con
criterio particular, conforme a la naturaleza y alcance de nuestra Disciplina.
Algunos autores, como Espinel, utilizan la denominación
equivalente de afrodisiología medico- legal, etimológicamente derivada de
afrodita, divinidad de la mitología griega, que pasó luego a Roma con el nombre
de Venus, cuyo origen parece provenir de leyendas orientales, especialmente
fenicas, mezcladas posteriormente con leyendas griegas, en las cuales tuvo
varios atributos como los de la hermosura, del amor y de la generación. Pero el
carácter más general de afrodita era el de la diosa de la belleza, del amor y
de la maternidad, concibiéndose en su personalidad los más diversos aspectos del instinto sexual; toda la
infinita variedad de pasiones, con sus excesos y sus atribuciones culpables,
así como también los sentimientos honestos y tiernos de relevantes proyección
sobre la vida familiar y social.
Sexualidad normal y anormal: Siguiendo a Cazzanifa y
Cattabeni, expondremos someramente el complejo de hechos que dan especial
relevancia y amplitud a la
Sexología, especialmente en su contenido Médico-Legal.
Estos autores hablan de la sexualidad normal y de la
anormal, en la primera encontramos los
siguientes aspectos:
A-
Morfológico: en vista de que la procreación
está condicionada: 1- A la existencia de estructuras anatómicas (gónadas) elaboradas de los
gametos; (testículos y ovarios); 2- A los sistemas excretores de los gametos; 3
– A los órganos copulatorios; 4- A los órganos (en la mujer) destinados a
asegurar el desarrollo del producto de la concepción hasta su nacimiento
(órganos de la gestación).
B-
Funcional: Por cuanto las estructuras antes mencionadas son activas y su
actividad consiste en fenómenos dinámicos (circulatorios, motores, etc.)
C-
Psíquico: Porque la reproducción se vincula a la actividad psíquica, sea en sus
planos elementales (instinto), sea en sus manifestaciones más elevadas (Amor
entre los procreadores, afecto de éstos por los hijos, etc.)
D-
Social y jurídico: En lo que concierne a las exigencias de la vida colectiva de una
disciplina de la sexualidad para el mantenimiento del orden social y jurídico y
para la tutela de intereses públicos y privados, materiales y morales.
E-
Moral:
En razón de que el imperio de la norma ética se extiende a las manifestaciones
de la sexualidad.
F-
Religioso: Si se tiene en cuenta, por ejemplo, que para la Iglesia Católica el matrimonio
es un Sacramento. Podríamos decir también familiar, por la importancia del
matrimonio en este ámbito.
En la sexualidad anormal:
A-
Las anomalías y alteraciones
morbosas de los órganos y de las funciones sexuales, consideraciones en orden a
determinadas relaciones jurídicas (matrimonio, filiación, etc.)
B-
Las aberraciones psíquicas o
anomalías sexuales (homosexualidad,
fetichismo, masoquismo, etc.)
C-
Las manifestaciones criminosas
(delitos sexuales o determinados por un móvil sexual)
De acuerdo al instinto y sus correspondientes elementos,
cabe citar obra de José A. García Andrade y otros, leemos que la conducta
animal es fundamentalmente instintiva, y como tal, caracterizada en primer
lugar por se innata, aún cuando su manifestación no se realice
inmediatamente después del nacimiento,
como ocurre, por ejemplo con el instinto sexual; (Freud pensaba lo contrario respecto
del hombre); en segu7ndo lugar, por sobrepasar, en relación con sus fines, la
propia individualidad del ser vivo, así por ejemplo con el instinto sexual (que
constituye junto con el de conservación los dos instintos fundamentales), no se
agota con su ejercicio individual finalístico, sino que trasciende de él, en
cuanto está vinculado a la conservación de la especie, en tercer lugar, por
tener una finalidad determinada (la reproducción en el instinto sexual); y, en
cuarto lugar por no ser inteligente, no en el sentido de no tenerse conciencia
de élla, si no en el que de que la inteligencia no interviene ene el desarrollo
del acto instintivo.
La conducta instintiva se despliega en dos tiempos: el
primero constituido por el impulso a la actividad, a la realización de algo, a
la satisfacción de una necesidad; y el segundo, por la satisfacción de la misma necesidad. Es interesante
observar que tanto el impulso como la satisfacción pueden adoptar formas anómalas o patológicas
determinadas por ciertos factores.
Malapert define el instinto como “una disposición natural
dirigida a cumplir, bajo la influencia de una solicitación interna, una serie
de actos adaptados a ciertos fines útiles al individuo o a la especie”
En consecuencia, los elementos fundamentales del instinto serían:
A-
La disposición o tendencia natural
(que no es una habilidad adquirida por la educación)
B-
La serie de actos destinados a la
realización de los expresados fines útiles al individuo o a la especie. Estos
actos, según el criterio anteriormente apuntado, de José A. García, no son
inteligentes en el sentido de que el animal no discierne sobre éllos; y por eso
se dice que el instinto es ciego.
El profesor Amores y Herrera al comentar la anterior
definición de Malapert y los correspondientes elementos esenciales del
instinto, según la misma definición, dice que el instinto tiene un doble aspecto, en apariencia
inteligente en cuanto supone actos coordinados a un fin útil; y es ciego, en
cuanto el animal los realiza sin reflexión, siguiéndolo el impulso de una
fuerza biológica.
El instinto sexual y
patológico
1-
Instinto sexual humano: El profesor Paolo
Manunza, desarrollando el concepto de personalidad, afirma, que el hombre
formado por una materia elemental, está constituido del modo más complejo. El
residente la influencia no sólo de la denominada tara biológica (hereditaria y
adquirida), sino también del componente profundo de los instintos, de las
inclinaciones y de los afectos. Este núcleo de la personalidad permanece
normalmente bajo el denominado de la conciencia y de la voluntad; y por eso,
aunque si la herencia, a los instintos y las tendencias afectivas interfieren
en la vida humana, prevalece una estratificación noble entre los varios
componentes de la personalidad, que en
definitiva se manifiesta o se afirma a través de elemento intelectivo superior.
La intervención psíquica, por consiguiente, regula ese equilibrio que oscila,
se interrumpe y se reconstruye continuamente en la vida humana.
Estas
consideraciones serían suficientes para establecer, sin mayores comentarios,
una diferencia notable en el plano instintivo entre el animal irracional y el
hombre, en el cual el instinto es un componente de su personalidad.
Volviendo
a consultar sobre este punto a García Andrade, éste sostiene que aún cuando los
instintos de los animales se hallan teleológicamente dirigidos hacia el
porvenir, ellos no perciben conscientemente la meta ni el fututo como campos de
acción de sus instintos. Los impulsos dinámicos están dirigidos hacia un fin, sin que aparezcan en forma de
representación consciente ni la meta ni el camino que a él llevan.
Otra
cosa ocurre en los hombres; ellos, los impulsos que atraviesa la temporalidad
de la vida anímica muestran casi siempre un conocimiento del fin y una compresión
de las circunstancias y de sus relaciones. Por eso dice Philp Lersch, en los
hombres hablamos, en lugar de instintos, de motivos o de tendencias.
Para
Freud (cita de Espinel) el instinto tendría una posición intermedia, que
representaría una especie de punto de unión o de soldadura entre cuerpo y alma,
nacido de necesidades orgánicas, irrumpe en lo anímico.
El
primer elemento, o sea, la disposición o tendencia natural, ubicado en el
terreno del instinto sexual, consiste en la atracción heterosexual, es decir,
del macho por la hembra y viceversa (libido).
El
segundo elemento, es decir, la realización de la serie de actos útiles al
individuo o a la especie, está objetivado básicamente e el instinto sexual, por la aproximación copulatoria entre individuos de diferentes sexos,
(coito).
A
diferencia de lo que ocurre en los animales, el hombre requiere una educación
previa, entendida ésta como el conjunto de enseñanzas que proporciona la vida,
haciéndole conocer el fenómeno sexual y desear la cópula; sin esta educación,
aun cuando se halle en plena etapa de capacidad sexual, no puede actuar
educadamente para cumplir a cabalidad el acto copulatorio, pese al reclamo
erótico que experimenta frente a la mujer.
Esta
ha hecho afirmar a algunos autores, como Bertrand Russel, que el instinto no
existe en la especie humana.
Aún
cuando se admite que en materia instintiva de carácter sexual, en el hombre
existe la atracción innata hetero-sexual. Como factor común con los animales,
pensamos que ellos es verdadero hasta cierto punto, porque intrínsicamente
considerada esta atracción puede estar, y e efecto está casi siempre matizada,
por decirlo así, de una actitud selectiva, en la cual juegan papel no
despreciable valores de carácter espiritual.
En
tal sentido, la libido, supone sensibles diferencias respecto de la atracción
irracional e indiferenciada de esencia puramente animal, por la dinámica
psíquica que no es extraña.
En
cuanto concierne al elemento activo y material de la cópula, el carácter
instintivo del mismo que es típicamente
animal, en razón de que los seres irracionales la ejecutan mecánicamente e
inconcientemente, es por el contrario en el hombre, consciente e inducido,
según se dijo, por la educación proporcionada por la experiencia.
Resulta
pues evidente que la expresión “instinto sexual” no tiene la misma
significación en el hombre y en el animal; sólo tiene en común el origen íntimo
y profundo de la atracción heterosexual, que en el ser humano, además de su transcendencia psíquica, requiere de la educación y del
discernimiento para darle satisfacción y canalizarlo.
Insistiendo
en la evaluación del contraste existente entre la vida sexual animal y humana,
diremos con Espinel, que los modernos estudios que se han realizado sobre psicología de la vida sexual, abonadas
por la sociología y la historia, demuestran que hay fuerzas poderosas que
permiten al hombre elevarse por encima del elemental instinto sexual, con miras
a la consecución de satisfacciones más elevadas, como es la pertuación de la
especie, en virtud de lo cual la vida sexual constituye un factor considerable
en la existencia individual y social, y el impulso más poderoso para el
despliegue de fuerzas, la formación de la propiedad, el establecimiento del
hogar y el desarrollo de sentimientos altruistas, primero hacia una persona de
distinto sexo, luego has los niños y, en un sentido más amplio, hacia la
sociedad humana.
2
– Instinto sexual normal:
en base a lo que hemos afirmado anteriormente acerca de las características del
instinto sexual en el hombre, nos resulta obvio que si normalidad consiste
fundamentalmente en dos aspectos: a- en la atracción heterosexual o libido y b-
en la realización del acto copulatorio, desde luego, también heterosexual.
3-
Instinto sexual patológico: Sin
embargo dentro de este esquema simplista de la normalidad deben evaluarse,
obviamente un complejo de factores psíquicos, somáticos (anatómicos y funcionales y hasta sociales)
que presiden la vida sexual y cuyo desequilibrio cualitativo cuantitativo
comportarían manifestaciones morbosas del instinto.
La
conducta del hombre, escribe Tanzi, es la resultante de dos fuerzas distintas:
de un lado la de los instintos, potentemente ligados a la especie; del
otro la fuerza de volunta ligada a la
razón. Estas dos fuerzas a momentos se
unen para llegar al fin deseado, pero a momentos actúan separadamente o en abierto contraste
entre ellas.
Puede
ocurrir también que cuando el nivel intelectual está por debajo del índice
normal, la acción de la voluntad resulte debilitada: el instinto puede entonces
insurgir avasalladoramente. Esto se evidencia tanto en las formas demenciales,
en las cuales está reducido el patrimonio psíquico es pobre originariamente.
Por
otra parte, debe tenerse presente que el
instinto puede liberarse del freno de una voluntad normal, cuando la
cerebración resulte momentáneamente turbada por la intensidad del estímulo,
como puede ocurrir en el curso de violentas emociones; o que el acto instintivo
falte cuando la tensión emotiva, que constituye su preludio, resulta muy débil.
En
fin, debe considerarse que el instinto, como tantos otros caracteres
hereditarios que entran en la constitución de la personalidad, pueda
presentarse desviado, sea por hecho congénito, sea, como más raramente ocurre,
por hecho adquirido. En el primer caso la desviación constituye un importante
indicio de degeneración, mientras que en el segundo, puede ser una
manifestación episódica, susceptible de reintegración (por Ejemplo: El sadismo o el fetichismo, como
manifestaciones degenerativas; y la tendencia a la pederastia como
manifestación contingente y reversible).
No
debe perderse de vista, además, que según la evolución de las sociedades
humanas, el valor del acto sexual es diferente considerado.
Algunas
consecuencias no siempre deseadas por la conjunción sexual, imponen voluntad,
si no sofocar el instinto sexual, muy a menudo desviarlo del fin biológico a
través de ciertos artificios, o de enderezarlo hacia formas que no son
naturales. De las desviaciones episódicas, se pasa así por grados, a las
perversiones profundas, por ej. Del onanismo puede llegarse a la necrofilia.
Expresa
Manunza, que el instinto sexual esta moderado por el instinto del pudor y que cuando el pudor redebilita o
se apaga, como en las grave enfermedades mentales, se ponen de manifiesto
actitudes impúdicas, que pueden traducirse en ofensas sexuales hacia otras
personas, y en ciertos casos obsesivos, como en algunas formas de
exhibicionismo, adoptar el carácter de un impulso incoercible al cual el
enfermo no puede sustraerse.
Deben
ser evaluados igualmente los trastornos anatómicos y funcionales, como causas
frecuentes de anomalías sexuales. El cerebro, la médula espinal, los nervios
periféricos y los mismos órganos de la reproducción pueden sufrir trastornos
que inician directamente sobre la génesis de ellas. Si consideramos agotados el elemento
fático del instinto con la realización del coito, la incapacidad de ejecutarlo
constituiría ella sola la forma patológica perteneciente; pero si estimamos que
el fin trascendente del instinto es la reproducción, la imposibilidad de lograr
ésta a través del coito, debe admitirse igualmente como manifestación morbosa.
En
la parálisis general, se produce un aumento del instinto que puede manifestarse
por actos perversos. La lesión de ciertas vías de la médula espinal provoca la
impotencia en el hombre; así como también la lesión del centro de la erección,
por algún proceso patológico o por excesos sexuales, especialmente por la
masturbación que la producirle agotamiento lo vuelve inexcitable. Igual efecto
provocan las enfermedades orgánicas de la médula.
La
actividad del centro de la erección puede también disminuir por influencias psíquicas. Así el
temor a la impotencia puede conducir a la impotencia misma, por acción de
estímulos inhibidores que parten del cerebro.
Igual cosa se admite en el caso de un gran amor por una mujer
determinada, en que se produce una completa incapacidad de erección, por el
estimulo, aunque suficientemente poderosos, no llega a transmitirse desde el
cerebro al centro de la erección por la vía de la médula espinal. Igual
fenómeno ocurre en los casos que Fürbringer denominó de impotencia relativa:
maridos que después de algún tiempo se volvían impotentes en presencia de la esposa,
reencontraban su virilidad frente a otras mujeres.
No
han faltado autores que consideren el mecanismo del impulso sexual, atribuible
a factores cósmicos, químicos, etc., sin olvidar las grandes exageraciones de
las escuelas pansexualista (psicoanálisis.)
Sexualidad y sociedad: Los aspectos psíquicos, social, jurídico,
moral, religioso, familiar, en la sexualidad han jugado un importante papel, a
través de la Historia,
en la organización y desarrollo de las sociedades.
En
las etapas primitivas, leemos con Espinel, el hombre, de manera similar a los
animales, no oculta el acto sexual y no tienen inconveniente, hombre y mujer, en ir desnudos. La mujer era propiedad común de los hombres y
botín temporal del más poderoso, del más fuerte, era un bien mueble; una
mercancía, un objeto de compra, trueque y regalo, un instrumento de goce sexual
y de trabajo.
La
aparición del pudor sexual colectivo, y el recato en las relaciones de los
sexos, moralizó esencialmente el instinto sexual, originándose la costumbre de
cubrir las partes genitales y realizar en secreto el acto sexual. Parece ser,
que sobre este aspecto influyó el clima,
considerándose antropológicamente, que en los pueblos del Norte apareció
primero el pudor que en los del mediodía.
Una
etapa posterior está marcada por el
cambio de actitud social frente a la mujer, la cual deja de ser un bien mueble
para adquirir sus derechos como persona; además, el instinto se espiritualiza y
al sentimiento brutalmente sensual de
las necesidades sexuales, se agregan las premisas de los sentimientos éticos.
Son apreciados como elementos de
atracción heterosexual no solo atributos corporales si no los espirituales, la
mujer tiene el sentimiento de que su
intimidad pertenece sólo al hombre elegido; y así, además del pudor surgen
ahora sentimientos de castidad y de fidelidad.
Los
pueblos nómadas llegan tarde a este nivel, en cambio los pueblos de Oriente,
los antiguos egipcios, israelitas y los griegos, así como los germanos en
Occidente, llegan prontamente a él, valorando la castidad, la virginidad, el
pudor y fidelidad, a diferencia de otros grupos que ofrecen la dueña de casa al
viajero.
Mahoma
se esforzó por dignificar a la mujer y darle una posición más elevada en la
sociedad y en el matrimonio, sin embargo,
ella siempre permaneció en el mundo islámico en condiciones muy inferiores a
las del hombre.
La
historia nos ha enseñado como el desmedro de la moralidad y de la pureza de la
vida familiar, determinado por la lujuria, el adulterio, la impudicia y la
prevalencia de la instintividad de carácter sexual en sus formas más bajas y
aberrantes, ha coincidido con etapas de
decadencia social y política: El Imperio Romano, Grecia, Francia bajo los Luises (XIV Y XV), son ejemplos y lecciones
al respecto.
Conceptos Básicos de Requisitos y Consecuencias al tratarse de delitos
sexuales
DEFINICIÓN DE
COITO:
Desde el punto de vista médico-legal, el coito o acceso carnal es la
penetración del pene, total o parcialmente, en la vagina o en el ano-recto,
pudiéndose o no producir el orgasmo, y no siendo indispensable la eyaculación.
DESFLORACIÓN:
Es la ruptura de la
membrana himeneal producida por la penetración del pene en erección.
Excepcionalmente dicha ruptura puede deberse a la acción de un traumatismo o a
la acción de un instrumento o por penetración de los dedos.
En la desfloración se produce normalmente cierto desgarro, lo cual se
manifiesta por cierto dolor y sangramiento. Este signo (hemorragia) y aquel
síntoma (dolor) son generalmente discretos pero pueden tener variaciones desde
el punto de vista cuantitativo y cualitativo.
Variantes morfológicas del himen:
1.Himen anular: la membrana presenta un orificio generalmente central.
Ocasionalmente puede ser excéntrico.
2. Semilunar:
La membrana presenta
un orificio cuyo borde superior es de forma convexa y el inferior tiene forma
cóncava.
3. Bilabiado:
Presenta una
hendidura supero-inferior vertical que constituye el orificio himeneal.
4. Cribiforme:
La membrana presenta
múltiples orificios homogéneos.
5. Con puente o brida:
El orificio
vulvo-vaginal se encuentra atravesado por una banda de tejido himeneal.
6. Biperforado:
Se observan dos
orificios himeneales, generalmente simétricos.
7. En carena:
El himen es de
consistencia dura, cartilaginosa.
8. Imperforado:
La membrana no
contiene ningún orificio.
9. Agenesia del himen:
Hay ausencia de la
membrana himeneal.
10. Complaciente:
Himen
muy elástico, con orificio himeneal amplio, que permite el paso del pene o del
tacto bidigital sin producirse ningún desgarro ni molestia.
LOCALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LOS DESGARROS EN LA DESFLORACIÓN:
Se recurre a la representación ficticia de una esfera de reloj y se procede a
ubicarlos lo más fielmente posible a la realidad encontrada en el peritaje. Si
el desgarro está en la parte superior y central del himen se dice que el
desgarro está a las 12; si es en la parte opuesta, es decir, inferior y central
se dirá que el desgarro está a las 6 según la esfera del reloj.
DESFLORACIÓN COMPLETA:
Es
aquella en la cual el desgarro se extiende desde el borde libre al borde
adherente del himen.
DESFLORACIÓN INCOMPLETA:
Es
aquella en la que el desgarro que comienza en el borde libre no llega hasta el
borde de implantación del himen. Desde el punto de vista legal carece de
importancia si la desfloración es completa o incompleta siempre y cuando el
peritaje que se practique sea para comprobar el cuerpo del delito en el cual
esté indiciado una sola persona.
DESFLORACIÓN RECIENTE:
1. bordes del desgarro son vivos, irregulares, sangrantes, rojos tumefactos.
2. los bordes del desgarro van cicatrizando por separado, no llegando a unirse jamás.
3. al afrontar los bordes desgarrados se reproduce la forma primitiva que tenía
el himen.
4. la profundidad del desgarro generalmente llega hasta el borde adherente.
DESFLORACIÓN ANTÍGUA:
1. los bordes quedan ligeramente engrosados, de aspecto fibroso.
2. las partes distales de los bordes son anguladas.
3. la data es mayor a ocho días.
4. al cicatrizarse, los bordes se retraen queda una separación o abertura entre
los mismos.
ESCOTADURAS CONGÉNITAS:
1. son bilaterales y simétricas.
2. presentan bordes redondeados u ondulados.
3. se presentan desde el nacimiento.
4. no tienen los bordes engrosados.
5. al tomar una muestra de tejido para la biopsia el estudio histopatológico no
demuestra la presencia de tejido cicatricial.
Sexualidad y derecho:
Diremos,
con Amores y Herrera, que la importancia de la vida sexual frente al Derecho se
debe, entre otros a los siguientes motivos:
A-
la frecuencia con que intervienen
los móviles sexuales como determinantes de la conducta.
B-
Los delitos sexuales, cuya
frecuencia cada vez mayor, por sí sola justificaría la importancia jurídica de
la materia.
C-
Otros delitos que no tienen
relación aparente o directa con el instinto sexual pero que obedecen a móviles
sexuales ocultos.
D-
Además de la relación entre la
sexualidad y la delincuencia, existen otros muchos conflictos jurídicos en los
cuales interviene también el instinto sexual normal o anormal.
E-
El matrimonio, como forma de
satisfacer, en la mayoría de los pueblos, el instinto sexual, pero que como
institución cada día esta mas en crisis; aparte del hecho de la frecuencia creciente de las relaciones sexuales
extramatrimoniales, lo cual provoca conflictos y desgracias que perturban la
armonía social.
F-
Los problemas de concepción
matrimonial y extramatrimonial, en relación con la filiación que nos permite
vincular la obstetricia Médico – Legal en esta materia.
Derecho positivo venezolano
sobre la materia:
En materia de Derecho positivo Venezolano, interesan de
manera especial, desde el punto de vista Médico Legal, las siguientes normas
del Código Penal venezolano y Código Civil.
Código
Penal: artículo 375 a
383, correspondientes a la violación, seducción, prostitución o corrupción de
menores y ultraje al pudor.
Artículo
416, en lo que concierne a la pérdida de la capacidad de engendrar como medida
de gravedad de las lesiones.
Artículo
538 referente a las faltas contra la decencia pública.
Código
Civil artículos 47 y 119, importancia manifiesta y permanente anterior al
matrimonio.
Artículo
118, error en la persona en caso de matrimonio.
Artículo
197, 199, 201, 202, sobre la impotencia en relación con filiación y desconocimiento
de la paternidad.
Artículo
220, impotencia en relación a la inquisición de la paternidad ilegitima.
Artículo
210, prueba contraria a la filiación legítima en caso de impotencia.
Potencia sexual:
En
un sentido amplio genérico la aptitud para la procreación o potencia consiste
en la plena capacidad, tanto en el hombre como en la mujer, para cumplir o
realizar el coito y para lograr mediante éste su finalidad principal que es la
fecundación. Sin embargo, el fin procreativo no se agota con el solo hecho de
la fecundación, ya que lograda ésta, en la mujer se requiere la capacidad o
potencia necesaria para el desarrollo del nuevo ser en su seno, a través de la
gestación (potencia gestandi) y para el ulterior nacimiento del producto
(potencia parturiendi).
Es
fácilmente compresible que para que exista la aptitud proactiva es preciso la
concurrencia armónica y equilibrada de los elementos o factores morfológicos,
funcional y psico- instintivos a que hemos hecho referencia en los componentes
de la sexualidad normal.
Conforme
a lo expresado, la aptitud para la procreación se puede plantear (en el hombre
y la mujer) desde el punto de vista copulatorio (potencia Coeundi) y en
relación con la posibilidad fecundativa
(potencia Generandi), llamada por algunos fertilidad.
Igualmente es posible distinguir en hombre y
en la mujer la potencia instrumental atendiendo el factor morfológico de la
potencia funcional, evaluando el elemento funcional, pudiendo llamarse ésta
última, por la señalada importancia del
elemento psico-instintivo, potencia funcional psicofísica o psicosomática o
psíquica, si es puramente psico-instintiva, aunque siempre con efectos
funcionales. En este sentido algunos autores tratan la impotencia psíquica
separadamente.
Respecto de la mujer solamente, se señala la potencia
gestandi y la potencia parturiendi.
Importancias: sus clases:
En
atención a lo antes dicho, existirá impotencia, cuando falta en el hombre o en
la mujer la capacidad copulatoria, impotencia Coeundi; o, en el primero la
capacidad de fecundar y en la mujer la de ser fecundada impotencia generandi,
denominada también, para ambos sexos, esterilidad y específicamente para la
mujer impotencia concipiendi.
La
primera presupone normalmente la
segunda; pero la segunda puede existir a pesar de la realización del coito.
Haciendo
las mismas subdivisiones utilizadas para la diferenciación de la potencia, según su carácter anatómico o
funcional y estimadas las propias de la mujer, analizaremos las siguientes
clases de impotencia:
A-
Impotencia Coëundi:
En el hombre y la mujer:
1-Instrumental
2- funcional.
B-
Impotencia generandi (esterilidad)
En el hombre y la mujer.
C-
Impotencia gestandi: En la mujer
D-
Impotencia parturiendi: En la
mujer.
Ciertos
autores advierten que estas distinciones son en cierto modo un tanto
arbitrarias, porque no existen en propiedad una impotencia para el coito y una
impotencia para generar, sino múltiples alteraciones patológicas o
constitucionales que comportan como consecuencia, tales formas de incapacidad o
impotencia.
Por
otra parte, se señala que raramente la incapacidad para el coito encuentra una
sola y decisiva explicación etiológica, por cuanto en general se trata del
resultado final de un complejo de situaciones menoscabantes psico-físicas.
No
obstante, por razones de método y de carácter práctico, así como por la
utilización que de él hacen la mayoría de los autores, adoptaremos en la
exposición el precedente esquema:
A-
Impotencia Coëundi instrumental
en el hombre: También llamada mecánica, encuentra su
prevalente explicación, al igual que en
la mujer, en anomalías morfológicas congénitas o adquiridas de los órganos de
la copulación, y más raramente en las partes extragenitales más próximas. Puede
ser ocasionada por alteraciones anatómicas de los genitales, tan numerosas como
variadas; algunas de carácter congénito (hipospadia), fimosis, etc., y otras
adquiridas traumatismos, intervenciones quirúrgicas, enfermedades, etc.,
1-
Falta o malformación congénita del
pene. Siendo muy rara la primera eventualidad.
2-
Desarrollo incompleto (infantil)
del pene, que generalmente está asociado a un normal desarrollo testicular, con apetito sexual
normal y caracteres sexuales secundarios igualmente normales. En algunos casos
todos los genitales son más o menos fuertemente hipotróficos, como se observa
en los llamados síndromes neuro-hipofisarios (distrofía adiposo- genital)de
Fröhlich, enfermedad de Simmonds o caquexia hipofisica, infantilismo
hipofisario, etc., En estos casos, influye solamente el defecto específico o
imperfección sobre la incapacidad mecánica, sino también las condiciones
psicosomáticas que derivan del cuadro patológico.
3-
Casos de hipospadia y epispadia en
lato grado. En muchos casos de hipospadia, el impedimento es debido al
acortamiento congénito del frenillo o de la piel que reviste la superficie
inferior del pene, por lo cual este último está replegado a manera de gancho
hacia abajo, y no puede exigirse.
4-
La soldadura del pene con el
escroto (sinequia), puede ser total, es decir, determinada por un puente
cutáneo.
5-
La duplicidad del pene
(diphallus), que es rarísima, y puede ser completa o incompleta. En esta última
se presenta el órgano con un aspecto bífido que no siempre causa impotencia;
especialmente si el doble glande está envuelto en un solo prepucio, y si las
proporciones del conjunto no son excesivas, si el coito puede ser practicado.
Lo mismo que si uno de los penes es rudimentario.
6-
La fimosis o la parafimosis, en
las formas anatómicas más graves, es decir, cuando hay irretractibilidad del
prepucio o la condición contraria. También excesiva brevedad del frenillo
puede, provocando parafimosis y la excesividad brevedad del frenillo pueden ser
quirúrgicamente corregidas, y poner en discusión el carácter de perpetuidad de
la impotencia.
7-
Tumores del pene (carcinomas,
sarcomas); excesiva adiposidad; hernias escrotales voluminosas, hidrceles en
alto gradp y las eventraciones inquino-escrotales.
A.1- Impotencia Coeundi instrumental
en la mujer: puede deberse a impedimentos directos e indirectos.
1-
el vaginismo, que se ha reportado
también como causa de impotencia funcional, pero que toma también el carácter
de instrumental cuando va asociado a una cierta hipoplasia de los genitales,
caso en el cual es el impedimento Coeundi resulta obviamente agravado.
2-
Las anomalías del himen, el cual
puede ser tan espeso y resistente que se oponga a toda tentativa de intromisión
del pene; en estos casos el hecho está agravado por las tentativas de
copulación provocan dolores intolerables.
3-
Los tumores vaginales y prolapsos
uterinos de algo grado.
4-
Alteraciones de las partes vecinas
a los genitales como en el caso de impedimentos para separar las piernas, por
deformaciones de alto grado de origen raquítico o traumático.
A.2- Impotencia Coeundi funcional en
el hombre: esta forma de impotencia se concreta en el hombre por lo general
en un defecto de la erección, en cuyo determinismo intervienen factores
psíquicos muy importantes. El impedimento es más grave, cuando intervienen
otros factores que pueden impedir la erección o hacerla cesar cuando se
produce.
Existe
caso de impotencia temporal y relativa en esta forma funcional.
1-
Los defectos funcionales de causa
psíquica, por lo general son transitorios, accidentales y contingentes y por
tanto sin importancia. Consisten frecuentemente en inhibiciones por miedo,
excesivo pudor, incertidumbre, etc. Pero no faltan defectos de la misma índole
de carácter permanente o persistente. Entre ellos, la anomalías sexuales,
comenzando por la homosexualidad y pasando por la inmensa gama de las otras
perversiones.
2-
Enfermedades generales
depauperadotas y agotadoras del estado orgánico, que producen como consecuencia
la impotencia. Esta forma puede ser transitoria si la enfermedad es suceptible
de recuperación.
3-
Enfermedades crónicas como las
endocrinopatías especialmente la diabetes, la obesidad, la enfermedad de
Addison, la enfermedad de Flajani- Basedow.
4-
Estados somáticos que por su
naturaleza implican cesación del apetito sexual, como la mayor parte de los
estados morbosos febriles, que son importantes en el sentido de poder demostrar
que durante tales estados el hombre puede haber practicado el coito. Otras
formas patológicas como estados paralíticos, por ejemplo, después de una
hemorragia cerebral, o una hidropesía generalizada, pueden producir el mismo
efecto, pero en forma permanente o durante periodos de notable duración.
Estas
formas morbosas, pueden a veces ser efectos de condiciones transitorias
vinculadas co estados de agotamiento determinados por enfermedades, excesos,
abusos, prolongados sufrimientos anímicos, etc.; pero en general tienen un substrato
orden constitucional o endocrino (hipertiroidismo, hiperinsulinismo).
Los
trastornos sexuales en estos caso pueden constituir: en una modificación de la libido;
en la falta de la facultad de erección (facultas erigendi); en alteraciones
sobre la facultad eyaculatoria (facultades ejaculandi); o en alteraciones del
orgasmo. Pueden estar asociados, también varios de estos trastornos. Con
frecuencia se observa una especie de disociación funcional de los centros de la
erección y de la eyaculación. Así por ejemplo, en la neurastenia por la
desarmonía de los dos expresados centros puede producirse la denominada
“ejeculatio praecox” pero más frecuentemente se manifiesta un defecto de
erección.
A.3- Impotencia coëundi funcional en
la mujer:
Por el papel pasivo de la mujer en a
cópula, casi siempre en la práctica médico legal se presentan casos de
impotencia instrumental referidas esencialmente a anomalías psíquicas y al denominado
vaginismo.
Entre
las primeras están ciertas formas de
intolerancia y repugnancia invencibles que se presentan en mujeres por lo
general afectas de procesos psicopáticos, especialmente histéricos. En estos
casos ala conjunción no es posible o sólo se logra mediante ciertas formas de
coerción física inadmisibles. Si bien puede haber caso episódico, cuando la
forma patológica es de carácter permanente, estamos indudablemente en presencia
de una forma de impotencia de este género.
El
vaginismo consiste en una anormal hiperestesia dolorosa de la vulva y de la
vagina, la cual provoca además de reacciones generales de defensa en la mujer,
espasmos locales.
Se
conoce la forma de vaginismo denominada
secundaria, de pronostico más favorable, cuando el síndrome es referible a
alteraciones dolorosas locales (lesiones en los genitales externos, anexitis
dolorosas, etc.), estando constituida la forma primaria por todos los demás
casos.
B-
Impotencia generandi en el
hombre: Esta originada fundamentalmente por la falta
de testículos válidos o por estado anormal de las vías seminales. La impotencia
en el hombre, dicen Cazzaniga y Cattabeni, puede existir sin impotencia
coëundi; y viceversa, por cuanto no se excluye que una eyaculación ante portam
de líquido seminal por parte de un órgano copulado masculino incapaz de
erección, produzca la fecundación.
B.1: Impotencia generandi o
concipiendi en la mujer: debe hacerse notar ante todo que la capacidad
fecundativa de la mujer está comprendida cronológicamente dentro de un limitado
período:
Regularmente la mujer no puede concebir antes de la
pubertad, pero se dan casos rarísimos que aun por debajo de los 10 años puede
ocurrir un embarazo; menos raros son los casos de aparición tardía de la
menstruación con posibilidades de fecundación.
Cuando a pesar de la avanzada edad, persiste la
menstruación, no puede excluirse la fertilidad, siempre que no existan otras
causas de por sí determinantes de la esterilidad.
Impotencias concipiendi:
1-
Carencia absoluta (aplasia) o atrofia
de los ovarios, que pueden ser congénitas, pero rarísimamente como un hecho
aislado, pues casi siempre va acompañada
de otras deformaciones especialmente localizadas en el aparto genital (signos
de infantilismo, falta de desarrollo de as mamas, falta de pelos en el pubis.) también puede haber
una falta adquirida de los ovarios, a consecuencia de traumatismos en la
primerísima infancia, o de una intervención quirúrgica (ovariectomía), por
tumores u otras enfermedades. Si la ovariectomía es bilateral, no puede haber
ya cuestión de capacidad; pero si quedan pequeñas porciones de los ovarios, o
de uno sola de ellos, es posible una fecundación.
2-
Los tumores ováricos, si son
bilaterales, y las enfermedades de las trompas (salpingitis), éstas últimas
están entre las causas frecuentes de la esterilidad, por las obliteraciones que
producen en las trompas.
3-
Las malformaciones del útero,
entre las causas frecuentes de la esterilidad, por las obliteraciones que
producen en las trompas.
4-
Las malformaciones del útero,
entre las cuales son importantes el defecto de desarrollo, las atresias, etc.;
igualmente puede haber carencia absoluta del útero y de sus anexos,
excepcionalmente por aplasia y más frecuentemente por destrucción patológica o
ablación quirúrgica.
Los
defectos de desarrollo del útero pueden ser de varios grados de gravedad,
designados con términos diversos (útero fetal, útero infantil, útero
hipoplásico, etc.) pero con muchas formas intermedias.
Cuestiones médicos legales:
En
materia de importancia además de la constatación de ésta en los casos
pertinentes a las normas civiles y penales que hemos citado al comienzo, es
especialmente interesante la cuestión planteada en los artículos 47 y 119 del
Código Civil, por las características propias de la impotencia allí prevista:
manifiesta y permanente.
Ante
todo es obvio que tal impotencia deba ser anterior al matrimonio, para poder
dar lugar al cuestionamiento de su validez.
En
segundo lugar es relevante el punto de precisar si esta impotencia es únicamente
coëundi o si comprende también la generandi, teniendo en cuenta que la
finalidad esencial del matrimonio es la procreación.
Seudohermafroditismo
humano:
Hermafrodita
se llama al hijo bisexuado de Hermes y de Afrodita, y de este nombre de la
mitología griega han derivado los términos
de hermafroditismo y de seudohermafroditismo. El hermafroditismo,
teóricamente hablando, sería la coexistencia en el mismo individuo de todos los
atributos, anatómicos y funcionales, de los sexos, y de consiguiente con la posibilidad de fecundar y de ser
fecundado. Tal estado sólo se observa, desde luego, en algunos animales
inferiores, siendo del todo extraño a lo de nivel superior y por consiguiente
al hombre.
En
el hombre no se puede hablar, por tanto de hermafroditismo funcional, en cambio
se denomina hermafroditismo morfológico, la presencia en el mismo individuo de
glándulas sexuales de los sexos, o sca, del testículo y del ovario,
diferenciados, o fusionados en un único órgano. (ovotesis)
Del
hermafroditismo morfológico verdadero se distingue el seudohermafroditismo, que
consiste en una anomalía sexual en virtud
de la cual una persona tiene las glándulas sexuales de un sexo, y los
órganos genitales, en parte o en su totalidad, con caracteres o apariencia del
sexo opuesto.
Los
casos de hermafroditismo morfológico son sumamente raros en el hombre. En cambio
el seudohermafroditismo es muy frecuente (más en el varón que en la hembra).
En
el pseudohermafroditismo con glándulas sexuales femeninas y apariencia masculina
de las demás estructuras genitales (parcial o totalmente), la patogénesis se
piensa referible a un exceso de hormonas androgénicas elaboradas extra
gonadalmente por el mismo feto (cápsulas suprarrenales),o también por la madre.
En
cambio, en los casos de glándulas sexuales masculinas y apariencia genital
femenina, la patogénesis se reportaría a un defecto de producción de andrógenos
por el testículo (teoría monohormónica) o también a un exceso de hormonas
estrogénicas de proveniencia materna.
En
el pseudohermafroditismo externo masculino, a pesar de la presencia de los
testículos en el sujeto, éste presenta órganos genitales externos malformados
que se parecen más a los femeninos: pene hipoplástico e hipospádico, escroto no
soldado por una línea media, criptorquidia, presencia de una vagina hipoplásica
en relación al seno urogenital.
En
el pseudohermafroditismo externo de la mujer, el sujeto tiene ovarios, pero sus
genitales externos recuerdan o aparentan los de un hombre enorme desarrollo del
clítoris que asume el aspecto de un pene, anómala soldadura de los grandes labios sobre la
línea media, que simula el escroto.
Problemas medico legales:
Se
comprende que los más frecuentes son en primer lugar, conforme el artículo 466
del Código Civil, la inscripción de nacimiento de un recién nacido como
perteneciente a un sexo que no le
corresponde, con todas las complejas consecuencias jurídicas y sociales que de
ello derivan posteriormente, en razón de la identidad, hasta llegar cuando se
descubra la anomalía a la correspondiente rectificación de la partida de
nacimiento.
Pero
hay mucho más, puede ocurrir, por ejemplo, matrimonio de un seudohermafrodita
externo masculino con otro hombre, lo cual evidentemente es incompatible con la
previsión de la norma contenida en el artículo 44 del Código Civil, conforme a
la cual el matrimonio no puede celebrarse sino entre un hombre y una mujer; e
igualmente puede presentarse el matrimonio de un pseudohermafrodita externo
femenino con otra mujer; comportando estas eventualidad una nulidad de pleno
derecho, o inexistencia, a nuestro juicio, del matrimonio; y en todo caso,
suscitándose la correspondiente acción de nulidad del vinculo matrimonial, por
error en la persona (artículo 118 del Código civil).
Perversiones sexuales:
Son
las desviaciones del instinto sexual que se caracteriza por manifestaciones
anómalas de la libido, de carácter cualitativo o cuantitativo, o por estados en
que el estímulo de la libido no es fisiológico normal; o en fin, cuando el
excitante genético conduce a actos diferentes de la aproximación sexual.
Clasificación
1-
Paradoxia: que es la emoción sexual que no corresponde a la época normal de los
procesos anatomo-fisiológicos de los órganos de la generación (existe), según
la etiología del término, una paradoja entre las manifestaciones del instinto y
la edad biológica de la persona.
2-
Anestesia: (ausencia del instinto): En este caso los impulsos orgánicos de origen
genital, las representaciones y las impresiones de los sentidos, dejan indiferente
al individuo desde el punto de vista psico-sexual. Este fenómeno es fisiológico
en la infancia y en la senilidad. Cuando hay una disminución de menor grado en
el instinto sexual se habla de hopoestesia.
3-
Hiperestesia: (exageración del instinto). Aquí la vida sexual reclama con anormal
vigor, excitaciones orgánicas, psíquicas y sensoriales. La libido es
anormalmente intensa (lasciva,
lubricidad). La excitación puede ser central (ninfomanía, satiriasis o periférica
funcional y orgánica).
4-
Parestesia (del griego, fuera
de sensación). Es la perversión del instinto sexual,
es decir, excitación por estímulos inadecuados; representaciones sexualmente
indiferentes y aun desagradables, se asocian en la parestesia a sensaciones de
placer. Estas últimas se asocian a las representaciones, hasta llegar a
transformarse en pasiones y dar origen a la realización de actos perversos, que
tienen lugar más tempranamente, cuando
las sensaciones de placer que alcanzan el estado afectivo, bien las
representaciones de desagrado que aun son posibles; o evitan que se produzcan,
en ausencia de toda representación moral, estética o legal.
Karfft-Ebing,
considera como perversa, toda exteriorización del instinto sexual, que no
corresponda a los fines de la naturaleza, es decir, a la reproducción.
Espinel,
hablando de la distinción entre perversión del instinto sexual y perversidad de
un acto sexual, lo que equivale a
diferenciar enfermedad y vicio en pleno de la sexualidad, dice que la clave del diagnostico está en la consideración
conjunta de la personalidad del actor y de los móviles del acto.
Las
formas psicopáticas de Krafft-Ebing, pueden estar asociadas: así puede haber actos
perversos (parestesia) con manifestaciones hiperestétisicas o hipoestésicas.
Clasificación de Havelock Ellis:
1-
Simbolismo erótico: considerando
el primero en el comportamiento psíquico mediante el cual el sujeto desde aquel
complejo centro de excitaciones sexuales, traslada su atención solamente hacia
un objeto, que no tiene respecto de la excitación sexual misma, sino una
relación mediata asociaciones pueda unírsele, por semejanza o por sucesión en
el tiempo y el espacio. (Fetichismo, sadismo, masoquismo y exhibicionismo).
2-
La homosexualidad, constituye el
comportamiento psíquico determinado por la atracción hacia otro sujeto del
mismo sexo.
3-
Sadismo: Constituye con el
masoquismo, al cual haremos referencia de inmediato, una forma de perversión o
parestesia caracterizada por la asociación voluptuosa al dolor moral o físico
de la persona con quien se practica la cópula o del propio sujeto que padece la
perversión, denominada genéricamente por ello, algolagnia, (del griego, algos:
dolor, lagneia: lujuria), calificada como activa bajo su primera manifestación
(sadismo) y pasiva en el caso del masoquismo.
El nombre de sadismo, deriva del Marqués de Sade (1740-1814), personaje
francés en cuya vida aventurera y literatura libertina, aparecen diversos
episodios de esta naturaleza. En el sadismos las representaciones de crueldad
activa de que va acompañada de la anormal excitación sexual, se imponen de modo
tal que no sólo determinan una acentuación del placer, sino impelen al
individuo a realizarlas por vía de satisfacción del placer mismo y como un
elemento integrante de él.
4-
Masoquismo: Esta denominación,
propuesta por Krafft- Ebing, proviene de Sacher Masoch, escritor alemán, que
trato sobre el tema en sus novelas. La excitación placentera pervertida se
tipifica aquí por el sufrimiento que se hace inferir el propio masoquista,
mediante malos tratos de toda clase, desde traumatismos, pequeñas heridas y más
corrientemente fegelaciones y hasta injurias, humillaciones y
envilecimiento. Su base psíquica es la
representación de las injurias y efectos dolorosos emanados del co-sujeto de la
relación y de estar enteramente sometido a sus deseos, sin el freno de las
contra presentaciones inhibitorias morales.
5-
Fetichismo: Es la perversión
sexual, consistente en la excitación o en la satisfacción sexual, mediante el
contacto, la vista, o la representación de una parte del cuerpo de la mujer, o
de un objeto femenino, denominados fetiches, que provocan la erección y hasta
la eyaculación. También se denomina simbolismo, por el carácter y propiedades
de los objetos constitutivos del fetiche en relación con la estimulación sexual
que determinan. El objeto (fetiche) puede ser la condición necesaria y
suficiente de la satisfacción sexual, como dice Nerio Rojas, o determinar la
excitación que se completa con práctica de mastubarción.
Es
generalmente heterosexual y más raramente homosexual; siendo casi exclusivo del
hombre.
Las
formas de fetichismo pueden ser muy variadas: algunos polarizan su fijación
sobre determinadas partes del cuerpo; pechos, nalgas, manos, cabellos, pies,
etc., y hasta sobre determinadas deformidades anatómicas; o sobre los objetos
más disímiles: piezas de vestir, calzado femenino, gorras, pañuelos etc. Hay formas
verdaderamente curiosas, como la de manchar de tinta el vestido de una mujer, la de cortar las
trenzas de la cabellera, o un pedazo de vestido; para que ello sirva de
fetiche, pudiendo llegar hasta el denominado monocleptocoleccionismo, que
consiste en hurtos de los objetos tenidos como fetiches, como por ejemplo
pañuelos, calzones, etc.
6-
Exhibicionismo: El exhibicionismo sexual
consiste en la exhibición de los genitales en público o ante personas a las
cuales se toma desprevenidas.
El exhibicionista
se excita sexualmente y puede llegar a masturbarse ante la mirada sorprendida o
asustada, de las personas ante las cuales realiza su acto, generalmente
mujeres. La excitación del exhibicionista sexual es causada por el asombro o el
miedo que produce, no se trata sólo de mostrar los genitales sino que también
debe existir la reacción de temor o sorpresa en la persona que lo ve.
Esta conducta de exhibicionismo sexual se encuentra
también dentro del grupo de las parafilias. Es más frecuente en hombres ya que
las mujeres encuentran otras formas de exhibicionismo, socialmente
permitidas, como en el caso de los desnudos en revistas o en televisión. No se
puede considerar exhibicionismo cuando un hombre expone sus genitales ante
una pareja sexual ya que ese hecho es aceptado por ésta, esa es una situación
normal que forma parte de los juegos eróticos, para un exhibicionista
el placer está en que la otra parte no lo espere ni lo quiera.
La persona que realiza actos de exhibicionismo sexual, puede ser
normal en otros aspectos de su vida, incluso tener largos períodos de
tranquilidad. Se supone que cuando está llevando una vida sexualmente activa no
tiene episodios de exhibicionismo,
pero cuando algo lo perturba emocionalmente retoma esas conductas compulsivas
como vía de escape.
7-
Homosexualidad: Esta forma sexual,
catalogada por Laccassange dentro de las manifestaciones morbosas del instinto
sexual por variaciones de calidad, bajo la denominación genérica de inversión;
es denominada por el mismo autor uranismo cuando se trata de formas congénitas,
y pederastia y tribadismo, para aludir las formas adquiridas en el hombre y en
la mujer, respectivamente. Se caracteriza por la atracción sexual hacia
personas del mismo sexo, con o sin aversión heterosexual, y en la satisfacción
voluptuosa mediante la practica de relaciones carnales contranatural,
igualmente en personas del mismo sexo.
Se han distinguido tradicionalmente dos formas de
homosexualidad, según su etiología, la inversión congénita (uranismo de
Laccassegne) y la perversión sexual. Y la segunda, como manifestación de
depravación y de la lujuria, en personas corrompidas y disolutas que habiendo
experimentado todas las gamas de la satisfacción sexual llegan a ser invertidas
viciosas.
Las modernas tendencias sexológicas, han preferido dejar a
un lado la distinción entre la homosexualidad congénita y adquirida, y plantear
la existencia de una forma general, dentro de la cual entraría, conforme a la
concepción de Näcke, una variedad de homosexualidad que podría calificarse como
tardía (a diferencia de los precoces), la cual se desarrollaría en edad
avanzada.
8-
Paidofilia: Es la atracción sexual
por los niños impúberes y la satisfacción voluptuosa con ellos, esta anomalía
es con frecuencia indiferenciada en cuanto a la elección del objeto,
coexistiendo entonces la atracción tanto por el varón como por la hembra. Puede
así mismo presentarse esta perversión en forma autónoma o asociada a otras
manifestaciones anormales del instinto sexual.
9-
Zoofilia: Denominada también
bestialidad. Es la perversión caracterizada por la atracción sexual hacia los
animales, que puede estar asociada con sensaciones sádicas, obrando en este caso
el maltrato animal como afrodisíaco.
10-
Gerontofilia: Es la atracción
sexual por personas seniles y la satisfacción carnal con ellas.
11-
Auterostismo: es como su
denominación lo indica la satisfacción circunscrita a la propia persona, es
decir, sin la excitación exterior que directa o indirectamente emana de otra
persona.
12-
Necrofilia: Es la atracción sexual
y satisfacción instintiva con los cadáveres. Comenta Nerio Rojas, que puede
tratarse de una perversión que logra su fin mediante la simple presencia del cadáver, pero que ocurre casos
impresionantes en las formas más graves, en las que el necrófilo para lograr su
satisfacción desentierra los cadáveres, los mutila, y realiza el coito sobre
ellos, etc.
CONCLUSION
Tras la realización del presente, se
puede establecer que es la Sexología Forense sencillamente una pequeña parte de
un gran campo de materia de estudio de la Medicina Legal, aunque enfocada
realmente a delitos cometidos en el ámbito sexual como su nombre lo indica, y
que de una u otra manera conllevan a la muerte de la víctima, como fueron
estipulados con anterioridad, existe las características para conocer y revelar
la causa exacta de un homicidio sexual o de cualquier delito que en leyes
venezolanas vigentes a través de nuestro código penal estén regulados.
Si bien es cierto nos desenvolvemos y
vivimos actualmente en un mundo donde los principios van agotándose cada vez
mas, donde la lujuria toma fuerzas y la facilidad por delinquir y violar
derechos humanos son tan factible, sencillamente esta ciencia nos da un camino
de conocimiento de veracidad en referencia a como ocurren los hechos y así
saber cómo reaccionar ante ellos, además de establecer el Estado al fin y al
cabo como Poder regulador y sancionador, las penas que deban cumplirse al cometer
delitos como los antes especificados, incurriendo en el ámbito sexual.